Ese tipo de alianzas en las que los países en desarrollo intercambian recursos y conocimientos especializados, está demostrando ser un instrumento integrador y rentable para contribuir a la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, reconoció Graziano en un panel sobre el tema.

Durante una de las sesiones de la cuadragésima Conferencia bienal de la FAO, máxima instancia del organismo de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, se realizó un balance de las dos décadas de creado el Programa de Cooperación Sur-Sur FAO-China y se examinó cómo involucrar a más países y organizaciones internacionales a instituciones similares.

Graziano evaluó el interés suscitado por ese programa de ayuda, el cual junto a la cooperación triangular, continuará aumentando por los beneficios que aporta y le son reconocidos.

En el encuentro trascendió que China fue una de las primeras naciones en insertarse en ese programa y donó en dos etapas fondos fiduciarios por valor de 80 millones de dólares para contribuir al financiamiento de esa alianza agrícola.

En ese lapso envió a más de mil expertos y técnicos a 26 países de África, Asia, Pacífico Sur y América Latina y el Caribe a través de ese programa y destaca entre sus contribuciones al mejoramiento de la productividad y la seguridad alimentaria de países en desarrollo.

Por su parte, la FAO facilita el intercambio de experiencias y conocimientos contribuyendo al despliegue de más de dos mil expertos en más de 80 países.

Al panel asistieron los delegados del país asiático y sus representantes ante la FAO, embajadores de naciones que implementan o están interesadas en el programa y representantes de organismos internacionales asistentes a la Conferencia, la cual reúne hasta el sábado a más de 600 personalidades de alto nivel, entre ellos 60 ministros.