América Latina y el Caribe está muy cerca de lograr la meta de la Cumbre Mundial de la Alimentación
11 de diciembre de 2014

"Once países ya han logrado la meta de la CMA. Si a eso sumamos el renovado compromiso de la región con la lucha contra el hambre, hay razones para pensar que durante el 2015 la región completa podría dar este gran salto hacia la erradicación del hambre".

Tomado de la Web de la FAO-ALC

Santiago, 11 de diciembre de 2014.- América Latina y el Caribe ha logrado un 92% de avance hacia la meta de la Cumbre Mundial de la Alimentación -reducir a la mitad el número total de personas hambrientas desde 1990-92- y requiere un último gran esfuerzo para alcanzarla, señala la principal publicación regional de la FAO, el Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2014.

Para lograr esta meta, 2.75 millones de personas deben superar el hambre durante 2015 en la región, lo que requiere que los gobiernos dupliquen sus esfuerzos, considerando que el promedio de reducción durante los últimos veinte años ha sido de 1,4 millones de personas por año.

"Once países ya han logrado la meta de la CMA. Si a eso sumamos el renovado compromiso de la región con la lucha contra el hambre, hay razones para pensar que durante el 2015 la región completa podría dar este gran salto hacia la erradicación del hambre", explicó Raúl Benítez, Representante Regional de la FAO.

Benítez destacó que iniciativas como el Plan para la Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la CELAC -que se espera sea adoptado por la próxima Cumbre de Presidentes en enero 2015-pueden dar el impulso necesario para que la región logre cumplir la meta de la CMA.

Según el Panorama 2014, en números absolutos el hambre en la región bajó de 68,5 millones de personas a 37 millones en poco más de veinte años. La mayor reducción se ha dado en América del Sur: de 60,3 millones en 1990-92 a 29,5 en la actualidad, mientras que en el Caribe la reducción ha sido menor: de 8,1 millones de personas a 7.5 millones.

La región ya alcanzó la meta del hambre de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

El Panorama 2014 señala que América Latina y el Caribe ha logrado reducir su porcentaje de hambre de 15.3% en 1990-91 a 6.1% en 2012-14, por lo que ya cumplió la meta 1c de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), la otra gran meta que se ha fijado la comunidad internacional para medir los progresos en la seguridad alimentaria. Catorce países (Argentina, Barbados, Brasil, Chile, Cuba, Guyana, México, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana, San Vicente y las Granadinas, Uruguay y Venezuela) ya lograron cumplir esta meta, mientras que otros cuatro (Bolivia, Colombia, Honduras y Suriname) presentan niveles de avance superiores al 90%.

Pese a que los avances han sido mayores en América Latina que en el Caribe, cabe destacar que el 80% de quienes sufren hambre en la región viven en países de América Latina, lo que demuestra que la erradicación del hambre sigue siendo un problema fundamental que requiere de la acción decidida de todos los sectores de la sociedad.

"Los avances a nivel de países y de la región son innegables. América Latina y el Caribe se ha convertido en un verdadero ejemplo global de la lucha contra el hambre, y su experiencia está siendo seguida de cerca por la comunidad internacional", explicó Raúl Benítez, quien destacó que, de continuar la tendencia a la baja, la actual generación podría llegar a ser la última en sufrir hambre en América Latina y el Caribe.

La erradicación del hambre como prioridad política

El Panorama analiza los factores que explican el éxito de la región y sus gobiernos en la lucha contra el hambre y señala que  junto al innegable rol del crecimiento económico y la estabilidad política en la región, lo que distingue a América Latina y el Caribe es el nivel de compromiso político que existe con la seguridad alimentaria, con una diversidad de estrategias y políticas publicas focalizadas en las poblaciones vulnerables.

La región fue pionera en su propuesta de erradicar el hambre antes del año 2025, dando forma a la Iniciativa América Latina y Caribe sin Hambre (IALCSH) en 2005, un compromiso político asumido por todos los países de la región, y que se ve replicado en los principales organismos de integración regional.

La CELAC, por ejemplo, solicitó a FAO, CEPAL y ALADI preparar un proyecto de Plan para la Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la CELAC, el cual será adoptado por los Presidentes y Jefes de Estado de la región en enero de 2015, en Costa Rica, durante la próxima Cumbre de la CELAC.

Los países de ALBA-TCP y PETROCARIBE están implementando el Plan de Acción "Hugo Chávez Frías" para la erradicación del hambre y la pobreza, mientras que instancias subregionales como UNASUR, SICA, CARICOM, CAN y MERCOSUR también abordan la seguridad alimentaria y nutricional desde una perspectiva supranacional, mediante planes de acción y estrategias específicamente ajustadas a las diversas realidades y retos de cada subregión.

Un nuevo enfoque para erradicar el hambre

Según el Panorama, la erradicación del hambre en la región se ha fortalecido gracias a la adopción de un nuevo enfoque, cuya característica principal es una visión más amplia de la seguridad alimentaria y nutricional.

"Los países han desarrollado diversos instrumentos de política pública para abordar los problemas sociales a corto plazo y producir cambios estructurales que entreguen soluciones permanentes en el largo plazo", explicó Benítez.

Este esquema de "doble vía" se refleja en cuatro áreas claves para explicar el desarrollo favorable de los índices de seguridad alimentaria en la región: la adopción de políticas y estrategias integrales para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional; el fortalecimiento de la agricultura familiar; el combate a la pobreza, con énfasis en las zonas rurales; y el establecimiento de mejores canales de comercio intrarregional y doméstico.

Según el Panorama, para consolidar los avances observados durante los últimos años, los países de la región deberán afianzar la integración regional y la cooperación Sur-Sur, mejorar los sistemas de monitoreo y evaluación de las políticas públicas y continuar la integración de la seguridad alimentaria y nutricional dentro de sus esfuerzos más amplios de desarrollo, para dotar de sostenibilidad a los avances ya logrados.