Culmina con acuerdo foro etíope de ONU sobre financiación al desarrollo
16 de julio de 2015

La Agenda de Addis Abeba promueve además la cooperación Sur-Sur y la implementación de medidas para atenuar la ineficiencia en el consumo de combustibles fósiles, teniendo en cuenta su negativo impacto ambiental.

Agencia Prensa Latina, vía Google Noticias

Addis Abeba, 16 de julio de 2015.- La Tercera Conferencia Internacional sobre Financiación al Desarrollo concluye hoy aquí luego de intensas negociaciones, que llevaron a un acuerdo para garantizar los recursos necesarios de cara a implementar la agenda post-2015 de progreso humano sostenible.

Plenarias, mesas redondas y eventos paralelos permitieron a más de un centenar de presidentes, primeros ministros, cancilleres y altos funcionarios de los cinco continentes fijar postura, foros que ratificaron las marcadas diferencias entre el Norte y el Sur en torno a la manera de enfocar el desarrollo y su financiación.

Sin embargo, los 193 estados miembros de la ONU lograron la víspera un consenso, que dio lugar a la Agenda de Addis Abeba, documento final de la reunión de cuatro días.

Las celebraciones de ayer tras el acuerdo ilustran lo complicado del proceso, para lo cual bastaría recordar que meses de negociaciones previas no pudieron llevar a un borrador apoyado por todos, con vistas a despejar el camino para la conferencia que culmina hoy.

Naciones Unidas calificó de histórico el texto, que a juicio de su secretario general, Ban Ki-moon, representa un paso clave para construir un futuro sostenible inclusivo y una plataforma para acompañar con recursos los objetivos de desarrollo 2015-2030, que los jefes de Estado o de Gobierno deben adoptar en septiembre, en Nueva York.

Destacan en el documento el nuevo compromiso de los países ricos con la Asistencia Oficial al Desarrollo (AOD), consistente en aportar un 0,7 por ciento de su Producto Interno Bruto a las naciones del Sur, y del 0,15 al 0,20 a las más vulnerables, como los pequeños estados insulares y los que carecen de litoral.

También recoge instrumentos de estímulo al progreso tecnológico, infraestructura, protección social, salud, pequeñas y medianas empresas, manejo de impuestos y combate al cambio climático.

La Agenda de Addis Abeba promueve además la cooperación Sur-Sur y la implementación de medidas para atenuar la ineficiencia en el consumo de combustibles fósiles, teniendo en cuenta su negativo impacto ambiental.

Más allá de celebraciones y reconocimientos al compromiso con el proceso, voces del Sur del planeta demandan la materialización de lo acordado, lo que pasa por la voluntad política del llamado primer mundo.

Las dos conferencias anteriores, Monterrey-2002 y Doha-2008 dejaron revolucionarios textos en materia de financiación al desarrollo y ayuda a los países pobres, pero en buena medida el Norte falló a la hora de consumar las promesas de entonces.

Durante las tres jornadas de debates, las naciones del Sur criticaron el incumplimiento de la AOD, con algunas excepciones de gobiernos europeos.

También reprobaron los intentos de sustituir la cooperación Norte-Sur por la Sur-Sur, la deficiente transferencia de tecnología y las cruzadas por minimizar el papel del Estado en materia de desarrollo.

Asimismo, exigieron el cese de las medidas coercitivas unilaterales que lastran el progreso de los pueblos, del proteccionismo y de la imposición de condicionamientos y cargas para entregar asistencia.