Asociación de Estados del Caribe ante el reto de la cooperación
23 de enero de 2015

La conectividad entre los estados integrantes de la comunidad, y que afecta en mayor medida a las pequeñas ínsulas de las Antillas Orientales, resulta otro obstáculo para el desarrollo que precisa ser resuelto.

Publicado por la Agencia Prensa Latina, vía Google Noticias

Cienfuegos, Cuba, 23 de enero de 2015 (PL).- La esencia de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) radica en promover la cooperación entre los pueblos de la gran cuenca, ratificó su secretario general, Alfonso Múnera.

El diplomático colombiano, quien forma parte del jurado de la edición 56 del premio literario Casa de las Américas, comentó a Prensa Latina que en un espacio geopolítico signado por las grandes asimetrías de las naciones miembros se hace más necesaria la unidad de acción.

Es un mundo tan complejo y diverso que demanda estrategias comunes ante retos como el cambio climático, el cual ya constituye un peligro por la recurrencia de huracanes e inundaciones, pero que supone además la posibilidad de pérdida de territorio en algunos entes nacionales por la subida del nivel del mar, reiteró.

La conectividad entre los estados integrantes de la comunidad, y que afecta en mayor medida a las pequeñas ínsulas de las Antillas Orientales, resulta otro obstáculo para el desarrollo que precisa ser resuelto, apuntó el doctor en historia de América Latina y Estados Unidos por la universidad de Connecticut.

Interrogado sobre una posible solución en ese sentido explicó como las líneas aéreas se mueven por intereses comerciales, razón por la que se impone la necesidad de potenciar el dialogo político.

Acerca del turismo, actividad económica de la cual viven en la actualidad 14 islas del Caribe, Múnera consideró la importancia de lograr una política de desarrollo sostenible que minimice el daño ecológico.

Pero es preciso proteger la industria del ocio como principal fuente de ingreso de esos pueblos, que además de las mencionadas ínsulas incluye territorios continentales como los de Cartagena de Indias, en Colombia, y la Riviera Maya mexicana, insistió el exembajador colombiano en Jamaica.

Destacó además la relevancia del estudio de la historia regional, desatendida durante siglos, y ejemplificó como antes de conocer los grandes hitos de la arquitectura europea los caribeños debían saber de la Citadelle Laferrire, construida por los independentistas haitianos a principios del siglo XIX.

Sobre la cooperación en el ámbito educacional citó la iniciativa que él promovió durante su período como embajador en Kingston, dedicada al intercambio de estudiantes entre naciones del grupo, sobre todo en la etapa de verano.

Muchos de esos jóvenes, a pesar de las diferencias lingüísticas, se asombraban de las similitudes que les unían, recuerda Múnera en el apacible entorno de Cienfuegos, 250 kilómetros al sudeste de La Habana, donde tiene su cuartel general el jurado del Premio Casa.