Panamá fortalece su compromiso con el plan de erradicación del hambre de la CELAC
24 de julio de 2015

"El plan CELAC coincide con uno de los pilares de la administración del Presidente Juan Carlos Varela que promueve un sector agropecuario competitivo, participativo y sostenible que redunde en el bienestar de la población en general y contribuya a una reducción significativa de la pobreza en Panamá".

Web de la FAO-ALC

Santiago, 24 de julio de 2015.- Para avanzar hacia la erradicación del hambre, reducir la pobreza y promover el desarrollo sostenible, el gobierno de Panamá articulará sus políticas de seguridad alimentaria con el Plan para la Seguridad Alimentaria y la Erradicación del Hambre 2025 de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Representantes de múltiples ministerios de Panamá y la FAO se reunieron para identificar y analizar los principales programas nacionales que inciden en dos áreas prioritarias del Plan CELAC 2025 - seguridad alimentaria y agricultura familiar- y propusieron la creación de un mecanismo de monitoreo de las acciones que se implementan en Panamá en materia de seguridad alimentaria y nutricional.

"El plan CELAC coincide con uno de los pilares de la administración del Presidente Juan Carlos Varela que promueve un sector agropecuario competitivo, participativo y sostenible que redunde en el bienestar de la población en general y contribuya a una reducción significativa de la pobreza en Panamá", señaló el Embajador y coordinador nacional de la CELAC en Panamá, Max López Cornejo.

Políticas públicas de seguridad alimentaria y agricultura familiar

FAO apoyará a Panamá en el establecimiento de una agenda de trabajo conjunto para fortalecer y coordinar las políticas públicas nacionales de seguridad alimentaria y nutricional del país.

Ignacio Rivera, Coordinador Subregional para Mesoamérica y Representante de la FAO en Panamá, enfatizó los importantes avances que ha hecho el país en la lucha contra el hambre: la prevalencia de subalimentación en el país cayó de 26.4% en 1990 a 9.5% en la actualidad, con lo que alcanzó la meta del hambre de los Objetivos de Desarrollo de Milenio.

Rivera destacó que continuar con estos avances y hacer frente a los desafíos que aún persisten, es necesario fortalecer las políticas públicas de seguridad alimentaria y agricultura familiar del país, que impactan principalmente en el desarrollo de las áreas rurales, donde se encuentran las cifras más altas de malnutrición y pobreza.

Erradicar el hambre al año 2025

El Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la CELAC 2025 fue asumido por los países de la región en la III Cumbre de la CELAC celebrada en Belén, Costa Rica en enero de 2015, y busca acabar con el hambre en toda la región al año 2025.

El Plan de Seguridad Alimentaria de CELAC se sustenta sobre cuatro pilares que buscan garantizar las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria: acceso, disponibilidad, utilización y estabilidad de los alimentos.

El primer pilar busca establecer estrategias coordinadas de seguridad alimentaria a través de políticas públicas nacionales y regionales. Este pilar apoyará a los países a fortalecer sus marcos jurídicos e institucionales de seguridad alimentaria, facilitar el comercio, evitar las pérdidas y desperdicios de alimentos y fomentar programas de abastecimiento.

El segundo pilar busca generar acceso oportuno y sostenible a alimentos inocuos, adecuados, suficientes y nutritivos para todas las personas. El acceso es el principal problema de la seguridad alimentaria a nivel regional. Para enfrentar esto, el Plan CELAC fomenta los programas de transferencias condicionadas, la mejora de los mercados de trabajo y un fuerte apoyo a la agricultura familiar.

El tercer pilar persigue el bienestar nutricional para todos los grupos vulnerables, promoviendo la alimentación escolar y la promoción de hábitos saludables, con un énfasis especial en conectar a los productores de la agricultura familiar a través de compras públicas.

El cuarto pilar busca garantizar la estabilidad de la producción y la atención oportuna ante desastres de origen socio-naturales. Esto se puede realizar mediante la creación y mantenimiento de reservas de alimentos, la consolidación de stocks públicos para emergencias y un fuerte componente de prevención y gestión de desastres.